Es un proceso con una serie de fases. Comienza cuando una empresa pongamos por caso un hotel, detecta la necesidad de cubrir un puesto de trabajo y finaliza cuando se contrata a un trabajador para realizar ese trabajo y posteriormente su evaluación en los casos en que haya un periodo de prueba. Así definido parece bastante fácil, pero luego nos encontramos con un montón de matices en cada una de las fases, que lo convierten me atrevería a decir en un arte, y como toda manifestación artística, no es del gusto de todos.
La selección de personal se lleva a cabo por el coste que para una empresa supone la contratación de un trabajador, coste que compensa cuando el rendimiento es el esperado, pero sobre todo por la especialización del trabajo y en un hotel por las exigencias de los consumidores o clientes, puesto que al estar directamente relacionados o más bien relacionándose con el público, tienen que cuidar mucho su imagen para ser atractivas a la clientela. De siempre se ha dicho que si quieres que te hagan la pelota, has de ir a un hotel.
Respecto a la especialización en el trabajo, daría como para escribir varios libros y probablemente alguien los haya escrito ya. Baste decir que el mero transcurso del tiempo y la velocidad a la que avanza la tecnología, hacen que un trabajador que fuera bien seleccionado en su momento, si no se adapta a estos inevitables cambios tecnológicos, quede desfasado en poco tiempo, por lo que se valora sobremanera que sea alguien propenso asumir o adaptarse a tan necesarios cambios. Pongamos por caso las reservas, o el pago con dispositivos móviles, algo impensable hace apenas un lustro.
Por situaciones como las descritas, hay hoteles que tienen externalizada la gestión de su personal en otras como Hotel Training por poner un ejemplo, dada su experiencia en la formación del personal relacionado con la hostelería en general y con los hoteles en particular.
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